Una de las experiencias más valiosas desde todo punto de vista de mi último viaje a Perú, ha sido sin dudas internarnos en el verdadero corazón de América del Sur. Desde Iquitios, embarcamos en un crucero por la selva peruana que nos llevaría hasta el punto donde nace el famoso río Amazonas, cuando se unen las aguas de los no menos impresionantes ríos Ucayali y Marañón. Y un poco más allá, por un laberinto de lagunas en mitad de ríos gigantes, de pequeños callejones verdes que unen y separan islas y bosques flotantes.
Para llegar a Iquitos, puerto peruano de embarque de los cruceros por el río Amazonas, sólo tenemos disponible la vía aérea. Iquitos, capital del enorme departamento de Loreto (con mas de 380.000 kilómetros cuadrados es mas grande que toda Italia), está rodeada por el río Amazonas y por la selva. Los caminos la comunican con Nauta, también arrinconada por la selva, y poco más.
El puerto de Iquitos es poco mas que una planchada de madera sobre el río marrón, donde atracan los distintos tipos de barcos que surcan estas avenidas de agua. Puedes hacer distintos tipos de cruceros, los hay de diversas categorías. Incluso puedes tomarte un barco-taxi que va haciendo paradas en las diversas comunidades que se hilvanan en las orillas con kilómetros de selva entre ellas, para quedarte unos días en alguno de los eco lodges que se han ido abriendo en estos últimos años.
En nuestro caso, tuvimos la suerte de ser invitadas por PromPerú para vivir esta experiencia a bordo del buque Aria, de la empresa AquaExpeditions. Esto de por sí, vale un viaje.
No se trata del tradicional barco crucero del río, sino es mas bien un resort de lujo flotante (aquí puedes ver la diferencia, aunque la foto no es muy buena porque estaba dando el salto a la borda mientras la hacía).
Cada detalle está cuidado con mimo. Los espacios son enormes y la decoración exquisita, con unos materiales nobles y un minimalismo que se agradece. Cada pasajero es un rey, te hacen sentir como tal. Con suma facilidad te dejas abrazar por la suavidad de las sábanas de tu cama gigante, mientras un ventanal que ocupa toda la “pared” hacia el río se convierte en un cine de privilegio donde se proyecta el espectáculo de la naturaleza.
El día a bordo se organiza siguiendo el mismo ritmo de esa naturaleza. Te despiertas bien temprano, para salir en una primera incursión por los ríos (las grandes vías, los pequeños callejones verdes). El barco cuenta con lanchas a motor en las que te alejas del barco para descubrir el universo de la selva, de la mano de los guías naturalistas que son, sin duda alguna, gran parte de la excelencia de este crucero.
Los guías son mas que eso, son orientadores, abren conciencias, te ayudan a descubrir el universo de la selva, sus sonidos y movimientos, su ritmo, estaciones y misterios. Desde la primer salida aprendes a abrir ojos y oídos para percibir un pequeño movimiento, un aleteo en la distancia, una figura que huye o que se acerca. Cada uno de esos signos lleva un nombre, una historia, un significado que estos hombres de la selva te traen a tu vida.
Por la tarde, otras salidas para seguir descubriendo rincones (dónde se reúnen los delfines rosados, dónde pescar pirañas, un jardín flotante repleto de enormes Valeria Reginas, el pasaje de las mariposas azules, el escondite de los monos miniatura y mucho mas). Esta rutina se quiebra cuando la ocasión lo merece: despertarse aún de noche para ver cómo aparece el sol entre las copas de los árboles, salir al anochecer a encandilar cocodrilos para verlos de cerca.
Volver al barco es una excusa para descansar un rato, y disfrutar de la gastronomía que es uno de los signos de calidad del Aria. Desayunos buffet similares a cualquier hotel de lujo. Almuerzos y cenas como en el mejor restaurant. Un menu diferente cada día, aprovechando la riqueza de la cocina peruana, los ingredientes de la selva, los platos conocidos y los no tan conocidos, las frutas exóticas, los sabores nuevos.
La carta se renueva periódicamente, siempre guiada por el famoso chef peruano Pedro Schaffino, uno de los mejores chefs que han puesto a la gastronomía de Perú en lo mas alto. Delicadeza y respeto a los sabores propios, innovación sin perder las raíces.
No quisiera dejar de mencionar algunos platos que pudimos probar, como: juane de doncella con salsa de naranja agria y sillao (doncella es un pez del río y el sillao una salsa de soja local). Tofu de chonta con caviar de carachama y caldo de cecina. Tiradito de doncella con jugo de casho. Camarones reventados en su coral. Buñuelos de yuca con miel de especias y helado de aguaje. Nubes de ají charapita. Y muchísimo mas. Esto merece un post y galería de fotos por separado.
Y sin dudas, mi fiel acompañante en cada momento fue el jugo de camu camu, que por eso de ser tan sabroso y tan rico en vitaminas y antioxidantes, estuvo casi eternamente en mi copa.
¿Qué hace especial un crucero como el Aria para recorrer el Amazonas? Su nivel de prestaciones, por supuesto. Aquí, en mitad de la selva, donde todo lo medianamente “sofisticado” debe llegar de fuera, encontrarse con este nivel de detalle, de finura, exige una organizaión y un esfuerzo adicional para complacer a una demanda exigente.
Los cruceros de Aqua Expeditions por el Amazonas peruano, salen de Iquitos o Nauta (dependiendo del recorrido y cantidad de noches). No son baratos, por supuesto. Pero están pensados para vivir una experiencia donde prima la comodidad y el buen gusto, sin perder absolutamente nada del entorno. La diferencia, entonces, está tanto en las instalaciones como en la gente. La tripulación del Aria, desde el Capitán, el equipo de abordo, los guías, están tan bien preparados que no dejas de aprender a cada instante.
Acostumbrados a una demanda primordialmente angloparlante (sobre todo de Estados Unidos), tenernos a bordo fue un “recreo” pero hicieron tan buenas migas con estas bloggeras españolas, como con todos los viajeros. A cada uno un detalle, un servicio personalizado. Se atendieron las necesidades de cada uno, se resuelve cada situación con maestría, se salvan dudas con la voz de un experto (en cocina, en navegación, en atención al cliente, en naturaleza, en conocimiento de la selva). Un plus que no hay tarifa que pueda pagar.
Gracias entonces a toda la familia del buque Aria, de AquaExpeditions por regalarnos su atención.
Queda mucho que contar sobre el río, la selva, la vida en ese corazón verde americano. Lo iremos haciendo poco a poco, pasando de un viaje a otro para que este blog sea variado y divertido… como la vida misma.
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6 Comentarios
Muy buen informe y muy interesante. Para los amantes de las embarcaciones y todo lo referente a la náutica los invito a visitar la página Deproa net. Allí encontrarán todo lo que necesitan para la compra, venta, alquiler y accesorios náuticos. Se los recomiendo
Pues si, tiene que haber de todo, y para todos los gustos.
Yo me quedo con las condiciones rústicas.
Un saludo
Espectacular! Nada que ver con el barco que cogí en Manaus para llegar a Belém, donde dormíamos hacinados en hamacas en cubierta…
Lo bueno es que haya opciones para todos. Cada cosa tiene su encanto, pero personalmente no disfruto tanto en condiciones “rústicas”, por decirlo de alguna manera. Gracias por pasar y dejar tu opinión.
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[...] de haberlo vivido hace unas semanas, dejamos aquí nuestros consejos que esperemos te sirvan cuando comiences a organizar tu propio [...]