el próximo viaje

Con esa vocación por compartir experiencias, no dudo que Marco Polo hubiera sido blogger. Es más, me lo imagino enganchado a los social media.

Tendrí­a su blog personal, ubicando en GoogleMaps cada etapa de sus viajes hacia Oriente, con posts largos y detalladí­simos desgranando los secretos de sus rutas, compartiendo con nosotros su asombro ante los descubrimientos a cada paso.

Se llamarí­a “El blog de las maravillas del mundo“, seguramente, y me tendrí­a suscripta a su RSS. Seguirí­a sus tweets con interés (@marcopolos ya que su nombre estaba pillado por un americano previsor).

Por ejemplo: “Exquisito servicio en Cipango #recomendar“, “Probando platillo nuevo: delgadas tiras de masa de harina y agua“, “#FF @kublaikhan“, “Grandes celebraciones iluminan el cielo con estruendos y colores #Catai” o “@marcopolos I just ousted @kublaikhan as the mayor of Grand Khan Palace on @foursquare http://4sq.com/MPjeje“.

¿Cuántos amigos podrí­a llegar a tener la cuenta de Marco Polo en Facebook? Miles, millones. Yo me encargarí­a de recomendársela a mis amigos y armarle eventos (Marco Polo vuelve a casa, Recepción en el puerto de Venecia mañana al amanecer). Imagí­nense su galerí­a en Flickr. ¡Qué pasada!

Si fuera posible jugar con el tiempo y las tecnologí­as (¿por qué no, después de todo este es mi blog y juego con lo que quiero, no?), Marco Polo irí­a subiendo poco a poco los ví­deos que hubiera grabado en sus caravanas por el corazón asiático. La Conchinchina, Siam, Malaca a través de los ojos de Marco. Todos los paisajes, las gentes, las incomodidades del viaje de entonces, en la pantalla de mi ordenador, o de mi móvil. “ Me he suscrito al canal de marcopolos en YouTube”

Sí­, Marco Polo serí­a un friki del 2.0.

¿Y todo ésto? Pues nada, todo este delirio me vino a la mente cuando revisando archivo me encontré con este post que escribí­, hace casi 5 años, para Diario del Viajero. Aquí­ se los dejo:

Desde los tiempos más antiguos, el viajero que retorna cumple su misión de cronista. Traslada sus experiencias a aquellos que quieran escucharle. Informa. Trae conocimientos. Asesora. Comunica.

El viaje de Odiseo de Troya hacia Itaca, su isla natal, fue contado allí­a por el siglo IX a.C. por el gran Homero. Más tarde, un cronista de lujo, Herodoto, contó sus viajes por Asia Menor, su peregrinar por el norte de Africa y por el Mar Negro en el siglo V a.C. Y hasta podemos encontrar un relato del Camino de Santiago ya del siglo XIII.

Pero el gran cronista fue, sin dudas, Marco Polo (1254-1324). En su vejez, preso de los genoveses después de una batalla olvidada, Marco Polo dicta a un compañero de celda sus relatos de viajes. €œEl descubrimiento€ o €œLibro de las maravillas del mundo€ es probablemente uno de los libros de viaje más famosos e influyentes de la historia. Con él, Europa conoce la existencia y la forma de vida de la otra parte del mundo.

Es imposible adivinar el gran impacto de una Europa medieval frente a las ví­vidas descripciones de Marco Polo sobre la vida de palacio en una China lejana, desconocida y exótica.Asimismo llegan con su voz, las imágenes de Siam (actualmente Tailandia), Cipango (Japón), Java, Cochinchina (actualmente parte de Vietnam), Ceilán (Sri Lanka), Tí­bet, India y Birmania (Myanmar).

Pensemos que se convirtió en la única fuente de información y referencia sobre la geografia y costumbres de una gran parte del mundo conocido hasta entonces.

Los planos de sus recorridos por las costas orientales, ayudaron a Cristóbal Colón a soñar una ruta nueva hacia las Indias€¦

Pero ésa es otra historia.