El entorno de Arantzazu es imponente. La montaña me despierta con una fina capa de nieve que amenaza hacerse más espesa a medida que pase el día. Ese paisaje me llega a través de una pequeña ventana de cuento, la madera y la piedra son el marco, el ambiente cálido y familiar es el medio.
El Goiko Benta es un alojamiento singular: lleva mas de 500 años dando hospedaje al visitante. Se dice rápido. Cinco siglos en un enclave maravilloso y dando servicio al caminante de entonces, cuando se buscaba un lugar donde descansar simplemente: un alto en el camino.
Miren y Ana, descendientes de la familia propietaria me han contado su historia, de cuando Arztanzu recibió la aparición de la Virgen en 1496, de como el poblado vió crecer una comunidad franciscana y se asentaron las bases del Santuario que se transformaría en la Basílica que ha supuesto un desafío arquitectónico y conceptual.
El hotel tiene servicio wifi, la cobertura falla un poco por las condiciones orográficas donde está ubicado, pero en las áreas comunes es bastante aceptable.
La cocina merece un capítulo aparte. La combinación de sabores del interior y el mar es un acierto. El servicio y presentación es elegante y diligente, cuidando una vez mas el detalle para que la experiencia gastronómica del visitante sea exitosa. Aquí les dejo algunas fotos de todo lo sabroso que he probado en este lugar.
Todo ésto lo ha vivido esta posada, convertida en un hotel rural que conserva el encanto de la atencií²n de sus dueños, del cuidado del detalle.
2 Comentarios
Precioso el hotel y el entorno. Este verano ya tengo elegido el alojamiento, gracias a ti. Un abrazo.
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