Organizar un viaje para un grupo heterogéneo es una tarea difícil. Hacerlo para tu familia, mucho mas. Y si entre el grupo hay niños en diversas edades, es un rompedero de cabeza. Estaba buscando alternativas para armar un viaje con niños y adolescentes juntos, como en mi caso, y ya estaba desistiendo de la idea.
Lo que podría ser interesante para la pequeña, sería aburridísimo para la mayor. Si una prefiere los paseos, la otra quiere que le den todo servido. Entonces propuse que saliéramos juntas en uno de los cruceros que salen o llegan a Málaga y… la idea les encantó.
Investigamos juntas las opciones, rutas y barcos, y cada una encontró algo a su gusto. Dentro de los itinerarios de “invierno” encontramos algunos que recorren el Algarve, cruzan a Marruecos, a Canarias o a Madeira. Una de las “cruceristas” aceptó el crucero como viaje pensando en reencontrarse con el calorcito y el bikini en Las Palmas o Tenerife. La otra, con recorrer los zocos en Casablanca o Agadir y volverse con la maleta llena de cosas.
En mi caso, viajar con mis hijas en uno de los cruceros que estuvimos considerando, me aseguraría la tranquilidad de un presupuesto acotado donde casi todo está contemplado y la comodidad de no tener que lidiar con traslados de ciudad en ciudad ni con el odioso trabajo de hacer y deshacer maletas.
Hace poco me subí por primera vez a un crucero de verdad, dejándome llevar por varios lugares durante una semana, relajándome y disfrutando de los servicios, sin rompederos de cabeza. Existen tantas alternativas, rutas y barcos distintos que es más fácil encontrar una opción que se adecue a casi todos. Como en los barcos suele haber actividades para niños y servicios que pueden gustar a los adolescentes, los padres podemos relajarnos también.
Hay barcos especializados en atender a niños pequeños, con entretenimiento, salas de actividades, juegos y competencias. También hay salas de ordenadores o videojuegos, cine e instalaciones deportivas para los mayorcitos y hasta discotecas donde podrán cansarse cada noche a un paso del camarote donde duermen los papis.
Sí, creo que esta vez nos subiremos juntas a un crucero.