La desgracia de unos trae la oportunidad para otros. Podría resumirse así el hecho de que a lo largo de la historia algunas de las mayores catástrofes vividas por el hombre han derivado en destinos que hoy son visitados por viajeros del mundo y que han dado un nuevo impulso, un motor económico a las zonas afectadas.
Si hechamos la vista atrás, tenemos el caso de Pompeya y Herculano, destruidas en el año 79 d.C. por la erupción del Vesubio. Hoy, casi 20 siglos después, se han convertido en visita obligada para quienes visitan Italia más abajo de Roma.
En 1883 explotó el volcán Krakatoa, llevándose consigo un pedazo del mapa de la Indonesia actual. Hoy el archipiélago formado en el Estrecho Dunda, entre Sumatra y de Java es visitado por turistas para acercarse a lo que queda del Krakatoa, que sigue teniendo períodos de actividad y va formando una nueva isla: Anak Krakatau.
Dando un salto en el tiempo me acuerdo del fatal tsunami del 2004 en Sumatra. Una zona que ya gozaba del favor turístico y que fue arrasada. Mucho se ha hablado de la “oportunidad” que vieron algunas empresas para limpiar la costa y acaparar mas terreno. La cuestión es que hoy los turistas vuelven a llenar sus playas y a dejar su dinero en una comunidad que lo necesita.
En las últimas semanas la Tierra ha temblado muchas veces, pero en dos oportunidades ha sido especialmente destructiva.
En el caso del terremoto en Chile, una de las zonas más afectadas ha sido el Archipiélago de Juan Fernández, Parque Nacional desde 1935 y Reserva Mundial de la Biosfera desde 1977, y ubicado a 700 km de la costa chilena.
Especialmente la isla Robinson Crusoe, la única habitada, y a la cual barrió un tsunami después del terremoto. Todos y cada uno de sus 800 habitantes se vieron afectados de una u otra forma y la industria turísitica fue tragada por el Pacífico junto con muelles, escuelas, tiendas y personas.
Hoy, se prepara un plan de desarrollo para la isla que la convierta en la primer isla totalmente sostenible y que reciba un turismo netamente responsable.
En China, por otro lado, se registró un fuerte terremoto con grandes pérdidas humanas en la provincia de Qinghai. Yushu es una de las localidades que quedaron borradas del mapa después del terremoto.
Ubicada en altura, con fuerte presencia de la cultura tibetana y rodeada de las nacientes de los 3 mayores ríos chinos (el Yangtze, el Amarillo y el Lancangjiang), Yushu parece tener un nuevo destino en el futuro cercano: convertirse en un centro de turismo ecológico.
Por el camino más duro, de aquellas catástrofes vienen estos destinos turísticos.
Foto de Sarvodaya.org en Flickr.